10 diciembre, 2010

IMAGINAR

Que silencio... sólo se escucha, lo que parece un río, imagino que es un río puro, limpio, con el litoral lleno de colores, verdes en todas su tonalidades, flores blancas, amarillas, moradas y rojas a la orilla, agua cristalina que permite ver las diferentes piedras lisas en el fondo, los tallos de las plantas moviéndose sin poner resistencia a la corriente.

Y que frío hace... lo que me hace imaginar que podrías estar a mi lado... entonces, me acercaría para que me abraces... pero cómo imaginarte si no te conozco? o tal vez sí, pero no te he reconocido y tal vez tú tampoco lo haz hecho...

Te he imaginado tantas veces... tu mirada... mi reflejo en tus ojos que me hacen brillar de una forma que no conocía que pudiera ser posible. La que me ve con ternura, con deseo... La que se abre sorprendida de mis ocurrencias y con ella me sonríes... la que se llena de lágrimas cuando te sientes vulnerable. Esa mirada cómplice. Interesante. La que me hace desear saber qué estás pensando cuando te pierdes en la mía. esa mirada que me ilumina.

He imaginado tu olor, un olor que podría reconocer a metros, y que con sólo sentirlo provoca una sonrisa en mi. Tu olor, sólo tuyo.

Tus manos, que no necesitan tocarme para hacerme estremeces, que con sólo un roce erizan toda mi piel... las que se entrelazan con las mías... las que me detienen para que no tropiece... esas manos que me recorren una y otra vez, completa... las que buscan producir una sonrisa, un grito, una lágrima...

Te he imaginado, recostado a mi lado, buscando con tu mano mi cuerpo para acercarme a ti mientras duermes. Tranquilo... con una leve sonrisa de serenidad, de paz. Con el cabello revuelto, que te hace ver despreocupado y a la vez tierno.

He imaginado tus besos, una combinación de pasión y dulzura... con sabor dulce... leves mordiscos entre tiernos y desesperados... saboreando mis labios, saboreando mi espalda... carnosos, húmedos... tus besos que me encienden... que me calman, que dan tranquilidad y otras veces me enloquecen.

He imaginado tus brazos... fuertes, capaces de cargarme... delicados... para darme resguardo cuando lo necesito, en los que puedo dormir sin preocupaciones, los que me dominan dejándome inmóvil... tus brazos que se abren para cubrirme, que están cerca para detenerme si me caigo...

Mientras te imagino, escucho mi corazón latir como si fuera un caballo galopando desbocado... como si quisiera salir de mi pecho para buscarte... para encontrarte. Palpita tan fuerte, que la sangre que bombea se siente al recorrer mi cuerpo.

Y sigo imaginando... tu sonrisa, esa mueca pícara que me invita a la travesura, a ser niña... la sonrisa dulce de cuando me miras dormir. Complicidad. Imagino como se va dibujando poco a poco mientras me ves, y veo como crece mientras me acerco a ti, convirtiéndose en un rayo de luz que te ilumina... y eso, me llena también del mismo resplandor, pues también sonrío al verte.

Tu voz, imagino que está llena de matices... a veces fuerte, cuando lo necesito, a veces dulce, cuando quieres hacerme saber lo que sientes... otras veces temblorosa... cuando escuchas lo que siento... tenue cuando te acercas, poco a poco... buscando comenzar las caricias... y cuando las tienes... tu voz puede cambiar... ser un susurro... que sólo yo puedo escuchar...

He visto tu cuerpo cuando te imagino... sólo sé que es perfecto para mi... que es justo el que necesito para recostarme sobre él... para poner mi cabeza sobre tu pecho mientras vemos televisión... y con tus manos acaricias mi cabello... mi espalda... y a veces... lo que puedas alcanzar mientras tus brazos buscan alargarse más y más... lo he imaginado sobre mi... ejerciendo presión... también me he visto sobre él...

Te he imaginado tantas veces... que si te viera en la calle seguramente te reconocería!! El problema es... que sólo te imagino... Ojalá pronto te escuche decirme tu nombre...

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