Si recorriéramos nuestra vida, y camináramos por un pasillo lleno de puertas, viéndonos a nosotros mismos salir y entrar, con diferentes edades, demostrando miles de sentimientos, ropas distintas. Eso parecería una locura.
Quizá podríamos hasta echar un vistazo. Recordar. Cambiar. Aprender. Tal vez quedaríamos estupefactos simplemente de revivir una situación específica.
Si pudieramos regresar a algún momento... si ahora hicieramos algo diferente, ¿realmente cambiarían nuestra circunstancias actuales?
Hay quien dice que ya está escrito nuestro destino, entonces, si me siento a esperar que pasen las cosas, ¿sucederán?
Creo en la libertad de elección que tenemos todos los seres humanos. Creo en que tus actos son los que forman tu camino. Cada uno elige. A veces la vida te lleva por senderos que nunca imaginaste, pero siempre se aprenderá algo para el futuro.
La familia en la que naciste, son grandes maestros que se escogieron desde otro nivel. Los amigos que haces a través de los años, algunos se quedan, otros se van, pero todos dejan algo de gran valor. Incluso los lugares en donde trabajas, tus compañeros, jefes, en fin, cada persona que cruza tu camino tiene algo que dar, así como tú das algo a los demás.
Si ese pasillo lleno de puertas lo pudieramos recorrer, pudieramos cambiar cosas, acciones, seguramente nos llevaría a entendernos mejor, pero, seguramente la historia no cambiaría. Pues ya la hemos escrito. Pero definitivamente nos puede ayudar a escribirla de mejor manera para más adelante, para ir formando un camino mejor.
¿Sabes cómo son tus puertas?
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